by Charly Drummond 14/May/00
El jueves 11 me llamó Lebin desesperado a las 830 de la mañana preguntando si yo tenía los atriles de su Pearl, lo reputié diciéndole que sí, que los había guardado el mismo en el baúl del Granada y los dos seguimos durmiendo hasta las 12. Nos reunimos al mediodía, charlamos de la tocata de Saudades diciendo que estábamos conformes y comimos algo. A la tarde vino McWild a hablar con mi Pa del tema CD store, que obviamente no prosperó en absoluto y ya no había motivación de retener a Marcel, así que el Cacho tuvo vía libre para deshacerse del joven emprendedor con sutilesa. Y ahí empezó una novela, que fue la de McWild pidiendo una copia del cassette de Saudades y nosotros con serias dudas de si dársela o no. Al principio yo andaba con evasivas, que no lo tengo, que lo tiene Ernie y se fue a Chile, después que no tengo cassette virgen y hasta le llegué a decir que se me rompió la doble cassettera para no dársela. Claro, los que más se resistían eran Layne y Mud, que estaban seguros de que el prodigioso joven podría hacer cualquier cosa con los temas en un arranque de locura.
El viernes 12, me vino a buscar Layne en el Laser y la dejamos a Carola para ir a un furibundo fóbal con comentarios sobre Saudades, de nuevo neutrales, como sin contenido ni pasión. Y en el viaje de vuelta, con Layne, de nuevo nos surgió la desesperación consumista diciendo lo mejor que sonaríamos él con una buena cámara de efectos y yo con un teclado superior. Ambos nos comprometimos a presionar hasta el hartazgo en nuestras casas para conseguir los recursos y así lo hicimos. Y esta vez tuvimos resultados, el Cacho parecía un poco más abierto a considerar remotamente la compra del W30, y Layne me llamó el domingo 14 a la noche diciendo que le faltaban pocos rockers para poder comprar un pedal.
Pero no fue un pedal. El lunes 15 al mediodía, con audible exitación me llamó y citó con un "VENI YA. Y YA SIGNIFICA YA". Llegué y la mirada de Layne lo decía todo, el animalito se había comprado nada menos que el ZOOM (ver capítulos 86 y 87), y lo probamos y era más increíble de lo que pensábamos, flangers, wha wha, delays, distorsion, rever y todos configurables desde el control remoto, una verdadera belleza que no haría más que enriquecer aún más las gemas del tesoro Hazeltiniano.
Y claro, el violero me contagió y llegué a casa contando la novedad y presionando aún más por el W30 sabiendo que el Cacho estaba más flexible en esos días. Y lo increíble aconteció, a los 40 minutos de mi discurso sin parar me dijo "Nene no me rompás más las bolas, el miércoles vamos a comprarlo, pero tenés que rendir todos los finales de Julio". Tocaba el cielo con las manos y no pude parar de llamar a Layne y Lebin para contarles, entre el ZOOM y el W30 Hazeltine entraría en una fase de tremendo crecimiento instrumental que nos catapultaría definitivamente a estados superiores. Así que esa misma tarde fuimos al Giorgio a encargárselo, y también a probar las Fernandes hermosas pero carísimas, y finalmente a Galli a darle a McWild otra excusa de porque no le damos el cassette de Saudades y a comprarle Innuendo en CD.